La formación para el ministerio pastoral laico se realiza a través del desarrollo de las habilidades humanas, la reflexión teológica, la instrucción básica en las Sagradas Escrituras, la TeologÃa Pastoral, y la Espiritualidad Cristiana en el marco de la cultura hispana. A través de cursos semanales, noches de reflexión, retiros, talleres y asesorÃa, los estudiantes tienen la oportunidad de crecer en su relación con Dios, sus comunidades locales y la Iglesia universal.
Ministerio Laico


Nuevo grupo de formación en el Programa de Ministerio Laico de Des Moines
Nuevo grupo de formación en el Programa de Ministerio Laico de Chicago
* El ILP lleva a cabo su misión de formación pastoral de líderes en el marco de la fe de la Iglesia, tomado en cuenta la experiencia, herencia cultural e idioma de los estudiantes.
* El entrenamiento pastoral está enmarcado en una visión de Pastoral de Conjunto con una dimensión misionera y transformadora de la sociedad, abiertos a la diversidad cultural de la comunidad hispana y de la Iglesia de Chicago.
* El ILP facilita, entrena, y forma a líderes comprometidos con el ministerio Eclesial, con una conciencia misionera.
* Terminados los dos años de formación se otorgará un certificado de estudios por parte de la University of Saint Mary of the Lake.
El Ministerio Laico en la Iglesia
Los documentos del Vaticano II hacen un llamado al laicado a tomar conciencia de su vocación y sus dones para la Iglesia y el mundo. Su apostolado es participación en la misma misión salvífica de la Iglesia, por razón de su Bautismo y la Confirmación.
Los laicos y laicas están especialmente llamados a hacer presente y operante a la Iglesia en aquellos lugares y circunstancias en que sólo ellos y ellas pueden llegar a ser sal de la tierra. Por lo tanto, en virtud de sus dones que les han sido otorgados, se convierten simultáneamente en testigos y vivos instrumentos de la misión de la Iglesia. (Cf. LG 33)
“Los laicos no solamente están obligados a cristianizar el mundo, sino que además su vocación se extiende a ser testigos de Cristo en todo momento en medio de la sociedad humana…, y desempeñan una parte activa en la vida de la Iglesia.”(Cf. GS 43)
Los fieles laicos debido a su participación en la misión profética de Cristo están plenamente comprometidos en la tarea de la Iglesia. Les corresponde testificar con la fe cristiana como la única respuesta válida a los problemas y necesidades que cada uno se encuentra en la sociedad. Esto se lograra si los laicos superan la incongruencia entre el Evangelio y la vida. (Cf. Christifidelis Laici 34)
Hoy en día personas laicas prestan su servicio, en comunión con el párroco y el Obispo local, como voluntarios o profesionales en el ministerio comprometiéndose en sus parroquias para atender a las necesidades pastorales de la comunidad. Ministerios tales como la liturgia (lectores, ministros de comunión, ujieres, música), pastoral catequética (catequesis, formación cristiana, etc.), pastoral social (visita a los enfermos, despensa de comida, reforma migratoria, pro-vida, etc.) pastoral de espiritualidad (grupos de oración, retiros, etc.,) pastoral familiar, pastoral juvenil, Renovación Carismática, Comunidades de base, y en cualquier otro ministerio pastoral que se requiera en la comunidad local.
Perfil del Egresado del ILP
Se espera que durante los dos años de formación, los líderes pastorales laicos habrán desarrollado cada una de las siguientes áreas:
Dimensión Personal
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Haber identificado sus dones personales como también las áreas donde necesita crecer y madurar, mediante la auto-reflexión y el acompañamiento.
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Estar abierto a y respetar las diferentes formas de pensar.
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Haber crecido en las habilidades humanas: de cómo relacionarse con los demás líderes, ser capaz de comunicarse efectivamente, y trabajar en colaboración.
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Haber logrado un sentido de seguridad y confianza en sí mismoa.
Dimensión Espiritual
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Poder articular su encuentro personal con Cristo.Haber logrado un discernimiento de su llamado bautismal.
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Haber logrado un mayor crecimiento, pudiendo identificar en su vida su propio proceso de conversión.
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Haber tenido una experiencia de conversión y crecimiento (transformación personal), en su relación con la comunidad.
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Haber desarrollado una conciencia de discipulado como la base de todo ministerio y envío:
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Encuentro con Cristo, discipulado y Misión.
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Cambio de mentalidad.
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Sentido de ser amado.
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Dignidad de hijos e hijas de Dios.
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Haber logrado un crecimiento y madurez en la fe.
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Haber logrado una mayor experiencia de oración personal y comunitaria.
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Haber logrado una mayor experiencia de oración personal y comunitaria.
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Sentirse familiarizado/a en el uso de las Sagradas Escrituras y algunos documentos relacionados al tema.
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Ser capaz de compartir la fe, no solo de acuerdo a nivel intelectual sino como testimonio auténtico de caridad cristiana.
Dimensión Intelectual
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Entendimiento e integración de las materias que se le ha entregado.
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Haber comprendido las materias en un nivel amplio para una aplicación en diversos contextos.
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Ser capaz de articular lo que ha aprendido en sus propias palabras.
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Ser capaces de compartir la fe de acuerdo a su nivel.
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Haber crecido en un mayor aprecio por la formación en la fe, para un mejor servicio en la Iglesia.
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Haber crecido en la reflexión crítica de forma constructiva.
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Haber crecido en la práctica de la reflexión teológica.
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Sentirse estimulado/a a continuar su proceso educativo.
Dimensión Pastoral
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Haber logrado un sentido de misión y de ser enviadoa.
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Poseer una dimensión misionera para entusiasmar a otros en el seguimiento de Jesús.
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Transmitir la fe en los ambientes donde se desenvuelva.
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Utilizar su entrenamiento como herramientas para ser agente de transformación de la sociedad.
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Ser capaz de tomar responsabilidad (compromiso) frente a la comunidad y en la toma de decisiones.
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Poseer un sentido de Iglesia, que es comunión y misión.
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Sentirse capaz de ser voz profética dentro de la Iglesia y en el mundo.
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Capacidad de identificar y ser sensible a las necesidades pastorales en el contexto parroquial como social.
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Haber logrado un sentido de trabajo en equipo, en colaboración con los diferentes ministerios.
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Haber identificado sus habilidades y estilo de liderazgo.
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Ser capaz de organizar una agenda, reuniones, y desarrollar un plan pastoral.